Festival Petronio Álvarez

20.06.2010 15:32

Del 12 al 16 de agosto se realiza la XII versión del Festival del pacífico Petronio Álvarez.

Este año se rinde homenaje a un músico cotidiano y prodigioso: Gualajo

 

El Homenaje del Año 

gualajoJosé Antonio Torres – Gualajo
“El pianista de la selva” 


El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez rinde homenaje a José Antonio Torres “Gualajo” maestro de la marimba, catalogado por el Ministerio de Cultura como el mayor conocedor y mejor intérprete de la marimba de chonta, que ha sido reconocido por el Ministerio de Cultura con la medalla al mérito cultural que por los logros del músico en el exterior y en la conservación de los ritmos del pacífico.

Gualajo salió de la vereda Guapi, en el Cauca, para llevar los sonidos del ‘piano de la selva’, como es conocida la marimba, a España, Francia, Alemania, Rusia, Suiza y Estados Unidos en la década de los 80. Participó en escenarios como el del Festival Le Vigne de París y el del Festival del Imaginario en Francia. En el Festival Petronio Álvarez, que se realiza en el Pacífico, lo declararon fuera de concurso tras ser el ganador indiscutible en tres ocasiones.

Dictó clases sobre la interpretación de la marimba durante un verano en la Universidad de Nueva York y es maestro de la Universidad del Valle. Ha tocado con grupos de distinto géneros, desde rock hasta bandas sinfónicas. Recuerda con agrado que al final de sus clases en Estados Unidos interpretó la canción ‘Un verano en Nueva York’ con ritmo del Pacífico colombiano.

En total, a los 60 años el maestro ‘Gualajo’ ha grabado seis discos que muestran su voz ronca que recuerda los sonidos africanos. Su vida ha estado atada a la marimba desde el momento en que nació, cuando la partera lo dejó sobre uno de estos instrumentos mientras le cortaba el cordón umbilical.

Con el tiempo su amor por la música hizo que se dedicara de tiempo completo a enseñar y construir instrumentos, y a hacer presentaciones, sin importar que económicamente no tuviera mayores reconocimientos. 

“A mi me pusieron ‘Gualajo’ mis abuelos, mis viejos… porque yo le tengo algo de pavor a la gente, a algunas personas que yo me doy cuenta de que son medio hipócritas, egoístas, yo con esa gente no voy, con mirar a las personas uno ya sabe como son. El gualajo es un pez que se da en la costa Pacífica, ese pez no pelea con los otros, y cuando van a atacarlo él se defiende y al otro día lo van a buscar y ya no está más ahí”.

¿Qué siente usted con el homenaje que le hacen en esta versión del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez? 

Me siento muy feliz, muy alegre por este reconocimiento, así se hacen los homenajes, hay que hacerlos en vida, no cuando uno se muere, entonces me siento muy orgulloso. Agradezco mucho a la Secretaría de Cultura y Turismo, son personas que me aprecian, que saben que desde que nací he estado luchando por la música folclórica del Pacífico sin dinero, sin tener donde vivir, esto lo hago hasta en los andenes con la gente. Me siento orgulloso de poder colaborarle a los demás. Yo siento que yo me he ganado todo eso desde hace tiempo, pero yo no pensé que la gente iba a caer en cuenta, a concientizarse del que sirve hay que servirle. Si seguimos por ese camino vamos a descubrir que el folclor está ayudando mucho para que vivamos en paz en Colombia. 

Además de que no se puede perder todo ese conocimiento que poseen personas como usted… ahora que se está hablando de Escuelas de Música del Pacífico, de formar niños…

Pero no solamente aquí en Cali. Los grupos de marimba que suenan en Bogotá ahora los he formado yo, solamente con talleres. ¿Qué tal si yo tuviera una escuela? Cada año o dos años estaría sacando una agrupación.

¿Y a qué músicos de ahora les ha enseñado usted?

Pues casi a la mayoría… por ejemplo, a Hugo Candelario fue desde que nació. Cuando él iba a nacer el pueblo se estaba incendiando, en esa época yo manejaba una lancha rápida de un compadre, y entonces me mandaron a ver si la casa de los papás de Hugo estaba prendida. Da la casualidad de que yo llego y doña Aurita, la mamá, estaba con dolores de parto y no tenían como pasarla porque la candela había atravesado el pueblo. Entonces lo que hicimos el papá de Hugo y yo fue bajar a doña Aurita hasta la lancha y llevarla por agua al Hospital, por la la única vía, y en esos momentos aparecí yo como un ángel de la guarda. Al otro día fui a verla y don Esteban me dijo “nació varón y me le vas a enseñar a tocar marimba y se va a llamar Hugo Candelario González”. 

¿Usted por qué cree que la música del Pacífico ha cogido tanta fuerza en los últimos años?

Por el Festival, por todo lo que significa el Petronio Álvarez. Se puede decir que la gente estaba amontonada, pero había una puerta que los tenía encerrados. Germán Patiño iba a Guapi siempre, y el le ponía cuidado a las cosas, y dio la coincidencia de que cuando fue Secretario de Cultura abrió esa puerta.

Para mí es un orgullo por eso, tiene un significado grandísimo, le da alegría a Cali y a su gente, y a donde lo quieran llevar les va a alegrar porque es un festival muy bueno. En Guapi no teníamos como sacar la música como se está haciendo ahora, incluso se consiguen más cosas buenas musicalmente aquí en Cali que en Guapi. Esta Administración ha apoyado mucho esto, nosotros tenemos ánimo pero si nos dan fuerza más trabajamos todavía, porque la música del Pacífico ha estado guardada…

Maestro ¿Qué dice usted sobre la pérdida del Brujo?

En realidad, aún no me lo creo, se me hace que me voy a ver con él. Lo conocí en Bogotá, alguien me dijo que El Brujo iba a tocar conmigo. Esa noche llegó al sitio de la presentación, nos sentamos y me dijo que venía a cantar conmigo unas dos canciones. Como yo no necesito ensayar con otra persona porque apenas yo le siento el timbre de voz yo ya sé, cuando yo le cojo la canción se la voy adornando como en un piano. Él se cantó dos canciones, hicimos un show bien bueno. Yo había la voz de él y no lo conocía, en Bogotá lo pude conocer. 

El año pasado lo homenajearon y creo que fue el único homenaje que tuvo en su vida. Es bueno cuando en vida se le hace un homenaje a alguien en vida, las cosas hay que darlas en vida, después de muerto para qué cobija. Me duele mucho la muerte del Brujo, perdimos un gran talento, uno no quisiera que la traicionera muerte le llegara a uno, hay que hacer las cosas antes de morirse, la traicionera muerte no le avisa.

“Yo les digo a los caleños y no sólo a ellos, sino a todos los que estén aquí en la ciudad y que se sienten caleños, que se pongan las pilas con la enseñanza a los niños, para que esto no se muera. Usted siembra una mata, y ella nace, y los que quedan cuidando la mata son los hijos, y eso es lo que yo quiero con la gente de Cali, Bogotá, todos los afro, y los que no sean también…”